domingo, 24 de abril de 2011

El caso

Fernando Gómez Chacón confesó siete crimenes que no había cometido. Si hubiese confesado uno o dos tal vez le hubieran creido sin molestarse demasiado en comprobarlo, pero siete son muchos muertos. Por que la verdad es que todos estaban muertos. Muertos sin remisión. Pero ciertos detalles no coincidían. Como por ejemplo que a Victoria S. Afirmarla haberla estrangulado con sus propias manos, porque era cierto que la autopsia había fallado la muerte por asfixia, pero había determinado que el estrangulamiento se había realizado con una cuerda. En ningún lugar de la casa aparecieron, por lo demás, las huellas de Fernando Gómez. Tampoco los perfiles de Isabel O. De Hortensia G. Y Elisa P. fueron coincidentes con las confesiones del reo. Hoy en día la sicología moderna nos habla de complejos de culpa para explicar esta tipo de conductas. En aquella época, sin embargo, no era tan común. ¿Es que te has cansado de vivir? Le preguntaban entre bromas y veras en la comisaría de Chamartín. Una vieja asidua de aquellas instalaciones a la que detenían por prostitución en l a vá pública reconoció a Gomez Chacón mientras lo tras ladaban y lo comentó de tal forma que un agente lo oyó y pudieron estirar del hilo. Que era casado pese a afirmar lo contrario, para empezar.

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