lunes, 14 de marzo de 2011

Bravo por la música

Estábamos llegando al puente cuando cantaste aquella canción en italiano. Era de noche y había llovido mucho. Llevaba toda la semana lloviendo irregularmente pero con intensidad, y habíamos pasado demasiadas tardes sintiendo la lluvia caer, sin hacer nada más. Pero entonces ya no llovía, y la noche era fresca y limpia. El último minuto de tu vida cantabas por entre los labios una canción en italiano, algo que yo no conocía. Íbamos al bar del hotel, pero estaba cerrado, se veía desde lejos. Apoyados en la barandilla del puente que cruzaba el río pensé en besarte. Tú debías pensar en aquello que había traido a tu mente la cancioncilla que tarareabas aún, casi impercetiblemente. Entonces giraste sobre tus talones y diste dos pasos hacia atrás, como para respirar mejor. Lo último que debiste oir fue el chirrido de un frenazo, quizás oirías también el crujir de tus propios huesos triturados por los neumáticos.Luego nada más. Ahora tengo aquella canción en mi ipòd. Cuando suena me acuerdo de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario