miércoles, 3 de febrero de 2010

Edad de piedra

- No te entiendo, Grumpf. Antes pintabas bufalos grandes como montañas. Ahora te conformas con dejar la huella de tu mano. Volvemos de la cacería y no sales a cantar y bailar frente al fuego. Ya no oteas el horizonte en las mañanas, ni hueles el aire los días de lluvia, ni haces sonar los tambores al atardecer. Ahí sigues, Grumpf, metido en la cueva, y ni siquiera sales para la ceremonia a la luna, por mucho que te llamamos y nos echamos tierra y ceniza sobre la cabeza para que sepas cuánto te echamos en falta... ¿Qué te pasa Grumpf?

- Simplemente estoy triste

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