jueves, 4 de febrero de 2010
De quel amour blessé?
La penumbra de la estancia envolvía la respiracion de Choisette durmiendo entre tules y lienzos. Moreaun avanzaba lentamente hacia el lecho, embargado por una extraña sensación de ligereza. Acarició levemente su rostro, pero no quiso desvelarla. Solo se atrevió a decirle al oido que debía partir. Que pasarían años hasta poder volver. Que ella no debía despertar hasta entonces.
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