-No te equivoques, querida, no te equivoques. Si en algo pudiste embrujar a mi marido con esa falsa modestia de niña tonta y esa carita de ángel caido en el barro, yo sé que él es más inteligente que todo eso, y que sabrá ver la inmundicia que se esconde tras tu sonrisa.
- Déjala ya - intervino Martin- ¿no ves que está muerta? Ahora toca deshacerse del cadáver. Y sin embargo...fue tan bella. No merecía esto.
- Nadie lo merece. Haberlo pensado antes.
2 comentarios:
Como te cuelgas!!
Muy bueno, me gusta el giro y la condensación que logras en pocas líneas.
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