domingo, 29 de noviembre de 2009

Celda 3411

Mi mundo es pequeño. Entré en la celda con solo 19 años y ya tengo más de cuarenta, digo yo. Ojalá pudiera recordarlo, ojalá me contara alguien que ha sido del fuego que corría por mis venas cuando la sangre de aquella mujer se arrastraba por el asfalto, cuando su aliento que me dio vida se secó, cuando el precipicio en que no debí asomarme rugía mi nombre. Si al menos tuviera una avecica qu8e me cantara al albor, o al menos alguein aceptara mi canto, o sintiera en mi su dosis de orgullo por el mundo... Esta es una carta desesperada. Desde mi cárcel.

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