miércoles, 21 de diciembre de 2011

Tuve

Tuve deseos de matarla

Puede suceder a veces, no es tan raro. la humanidad ha evolucionado, para bien y para mal, gracias a todos aquellos que murieron o mataron o se dejaron morir o matar o no supieron evitarlo. Las tribus que guerreaban hasta convertirse en imperios que sacrificaban cientos de vidas, el exterminio masivo, controlado y descontrolado, los asesinatos, ajusticiamientos, guerras, revueltas, linchamientos han hecho al mundo llegar hasta donde está hoy. Y donde está hoy se supone que es bueno, dicen. Los estadistas se felicitan, ls habitantes del mundo entero hablan de progreso.

Controlamos las reacciones más primarias, los anhelos más profundos, racionalizamos, proponemos normas. Pero el instinto está ahí.

Yo sin embargo, no sé en qué puede beneficiar al mundo que tuviera verdaderos, reales y concretos deseos de matar. Que se me agarrotaran las manos en torno a su cuello, que me palpitara el corazón hasta no poder siquiera respirar, que sintieratoda la fuerza de mi cuerpo concentrada en mis brazos.Que quisiera morir también, que no sepa cómo reaccionar ahora, cuando ella aún respira y pienso que no debiera, que no se merece seguir respirando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario