La computadora augura los peores vaticinios para un ser como mi hijo. Es triste decirlo, pero haría un flaco favor a mi buen nombre si permitiera que un engendro semejante gobernara al pueblo que en mi ha concedido sus confianzas y a quien tanto y tan entregadamente he servido. Los análisis psicológicos iniciales no dejan duda acerca de su crueldad, de su ineptitud para recibir estímulos a través de las buenas obras, en esencia, su maldad intrínseca. Adocenado en el sillón, se dedicará a establecer contactos sensoriales de primer orden con lo que le rodea, buscará el placer pasando por encima de cualquiera, adorará el morbo, será envidioso, vanidoso, tirano, egoista, inmisericorde, inmoral.
Un hombre como cualquier otro.
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