sábado, 3 de enero de 2009

Paradoja #4

Cuando entró en la fría celda oscura, sintiendo sobre su cara ya el musgo y una gota de plomo cayendo a peso sobre su corazón -culpable, inocente- se giró hacia los barrotes y se dijo que mientras tuviera un libro sería libre, demostrando así lo poco que había sabido siempre de la vida, motivo este que que, dicho sea de paso, le había llevado hasta aquel lugar.

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